HACER RUIDO: Bárbara Lázara

HACER RUIDO: Bárbara Lázara

by Carolina Vélez Muñiz

Carolina has provided the following exploration of Bárbara Lázara’s practice in both English and Spanish. Scroll down for Spanish version.

Bárbara Lázara is an artist, vocalist, and researcher who will perform an improvisation on Friday, April 16 in HACER RUIDO. Part of The Quarantine Concerts, this is the first concert organized by 2021 ESS Curatorial Fellow, Carolina Vélez Muñiz. The concert focuses on how four different artists explore sound to embody protest or to voice critical thought. Along with the sound pieces, the streaming will include 3D animation by Cielo Saucedo, made in collaboration with the performing artists.

Bárbara is devoted to making space for technologies that have been betrayed and abandoned by Western thought. She researches with her voice and senses knowledge embedded in ancestral memory. Describing her body as an archaeological ruin and the Spanish language as a Catholic church built on its top, she asks her buried remains how they want to speak. Sound emerges and reflects back in different ways, depending on the space she finds herself in. 

Her interest in echolocation began when she was working in Berlin and a friend invited her to perform in an abandoned hospital. She was struck with the way the space talked back at her, as each material had a different response to the same sound. This experience amplified interests of vulnerability in performance, and she slowly stripped her work away from gadgets. Eventually, it ended up being her voice, sometimes performing along with others, and finding ways to create effects found in sound editing devices only with the architecture. She mentioned to me that the first time she performed at a noise festival, the other performers were cis-men with a lot of machinery. It awed them and the audience how she could produce sounds as intense with her body. “It feels very powerful,” she says to me, to be able to reach such intensity: “the energy feels like an aura, like a second body, which is created from my physical body, but can extend further.”

Echolocation is a form of measuring space that other animals, like bats and whales, use to move around. Bárbara tells me that our developments as a society are so focused on visual aspects, that we forget other mechanisms to develop knowledge are available to us. She understands that kids naturally use some form of echolocation to understand spaces; like when you encounter a well and shout at it to see how deep it is. However, due to rules imposed by the same developments, we become less energetic in experimenting the world through our noise.

Bárbara “reads” spaces using echolocation. All kinds of information and sound effects happen. She mentions that monumental and spiritual buildings are usually built keeping in mind that waves are always bouncing in space, which have an effect on us. When the information bounces back at her, she doesn’t divide it between “historical,” or “material,” or “experimental.” They all make up the same sound and are treated as equals. In 2019, Bárbara did an echolocation reading at la Torre de los Vientos (the Tower of the Winds) in Mexico City.

Built for the 1968 Olympic Games (when Mexico was the host country), the tower was part of a cultural initiative by the organizers of the event. It was designed by Uruguayan architect Gonzalo Fonseca. Back then, the area where it was built wasn’t urbanized. The sculpture was meant to serve as shelter for whoever needed it. It has concrete furniture and a water fountain. Days before the Olympic Games, about 400 students were massacred by the Mexican state. The public monuments commissioned by the organizers represent the constant misaimed arrow that arts and cultural workers throw when trying to do something for the greater good. I think the hollowness in the sound that replied to Bárbara contains some of that history. However, in recent years, la Torre de los Vientos has been reclaimed as a structure to reactivate. The performance by Los Cogelones, the self described Mexica-experimental rock band, shows how the meaning of some monuments can change.

For the ESS concert, Bárbara will improvise with her voice in the lobby of her apartment building. The reading that happens will depend on many factors, as improvisation takes you to places which you never imagine. We welcome you to open yourself on Friday to listen to her voice and the way the space speaks back, in order to find ways to build knowledge from the body.



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Bárbara Lázara es una artista, vocalista e investigadora que se presentará el viernes 16 de abril en HACER RUIDO. Parte de The Quarantine Concerts, el concierto es el primero organizado por la Becaria Curatorial 2021 del ESS, Carolina Vélez Muñiz. El concierto se enfoca en cómo cuatro diferentes artistas exploran el sonido para encarnar protestas o para darle voz al pensamiento crítico. Junto con las piezas de sonido, la transmisión incluirá animación 3D por Cielo Saucedo, hecha en colaboración con los artistas de sonido.

Bárbara está dedicada a darle lugar a tecnologías que han sido traicionadas y abandonadas por el pensamiento occidental. Ella investiga a través de su voz, su cuerpo y sus sentidos el conocimiento incorporado en su memoria ancestral. Describe su cuerpo como una ruina arqueológica y la lengua española como una iglesia católica que le construyeron encima. Así, le pregunta a sus restos enterrados cómo quieren hablar. El sonido emerge y se refleja de distintas maneras, dependiendo del espacio donde se encuentre. 

Su interés en la ecolocación comenzó cuando, mientras trabajaba en Berlín, un amigo la invitó a performear en un hospital abandonado. Le impresionó la manera en que el espacio le respondía, ya que cada material tenía una respuesta distinta al mismo sonido. Esta experiencia amplificó sus intereses en la vulnerabilidad en el performance y, poco a poco, fue quitándose gádgets al presentarse. Eventualmente, quedó su voz, a veces performeando con otras. Fundida con la arquitectura del espacio, va creando efectos similares a los de equipos de edición de sonido. Ella mencionó que la primera vez que se presentó en un festival de noise, los otros artistas eran hombres cis con mucha maquinaria. Les asombró, al igual que al público, los sonidos que producía con solo su cuerpo. “Se siente como un gran poder,” me dice, el poder alcanzar tal intensidad: “la energía se siente como un aura, como un segundo cuerpo, que nace de mi físico, pero se puede extender más allá.”

La ecolocación es una forma de medir el espacio que usan otros animales, como los murciélagos y las ballenas. Bárbara me cuenta que nuestros desarrollos como sociedad están tan enfocados en los aspectos visuales, que nos olvidamos que hay otros mecanismos disponibles para desarrollar conocimiento. Ella entiende que los niños naturalmente usan algún tipo de ecolocación para entender los espacios; como cuando te encuentras un pozo y le gritas para saber qué tan profundo es. Tristemente, por reglas impuestas por los mismos desarrollos en la sociedad, tenemos menos energía al experimentar el mundo a través de nuestro ruido. 

Bárbara “lee” espacios usando la ecolocalización. Todo tipo de información y efectos de sonido vienen a ella. Me cuenta que tanto los edificios monumentales como los espacios espirituales son construidos tomando en cuenta que hay frecuencias en el espacio que nos afectan. Cuando la información sonora le rebota, no hace divisiones entre informaciones “históricas,” o “materiales,” o “experimentales.” Toda la información se consolida en el mismo sonido y es tratada de la misma manera. En el 2019, Bárbara le hizo una lectura de ecolocación a la Torre de los Vientos en la Ciudad de México. 

Construida para los Juegos Olímpicos de 1968 (el año que México fue el país anfitrión), la torre fue parte de una iniciativa cultural de los organizadores del evento. Fue diseñada por el arquitecto uruguayo Gonzalo Fonseca. En ese entonces, la zona donde fue construida no estaba urbanizada. La escultura era una especie de asilo para quien lo necesitara. Cuenta con muebles de cemento y un bebedero de agua. Unos días antes de las olimpiadas, unos 400 estudiantes fueron masacrados por el estado. Las esculturas comisionadas para los Juegos Olímpicos representan la flecha constantemente mal apuntada que lanzamos los trabajadores de las artes y la cultura al tratar de hacer un bien social. Siento que el vacío que se le devuelve a Bárbara en su lectura refleja parte de la historia de este monumento. Aún así, en años recientes la Torre de los Vientos ha sido reclamada como una estructura a reactivar culturalmente. La presentación de Los Cogelones, la banda de rock autodescrita como mexica-experimental, es ejemplo de cómo se pueden resignificar algunos monumentos.

Para el concierto del ESS, Bárbara va a improvisar con su voz en el lobby de su edificio. La lectura que ocurra dependerá de muchos factores, ya que la improvisación nos lleva a lugares que nunca imaginamos. De todos modos, les invitamos a que nos acompañen el viernes y se abran a escuchar su voz y la manera que el espacio responde, para encontrar maneras de construir conocimiento desde el cuerpo. 

articleOlivia Junell